21.7.13
LOS PERUANOS SÍ LEEMOS
Siempre he sostenido una teoría contraria a la expuesta por aquellos que asguran que el peruano promedio no lee, incluso, hay estadísticas de la UNESCO que indican que los peruanos leemos apenas un libro al año. Eso es completamente falso. El peruano lee y lee mucho, lo demuestra el hecho que cada mes sale un nuevo periódico o revista en nuestro país, los diarios deportivos son devorados por los lectores locales, los folletos de colección de Esto es Guerra, Combate y Al fondo hay sitio son leídos fervientemente, y si le preguntamos a sus lectores sobre determinado personaje de estas series, ellos responderán dándonos detalles impensables con una ligereza y apasionamiento extraordinarios. Es más, usted está leyendo esta publicación, ahorita nomás, como lo está haciendo el resto de blogueros en www.loslideresnacenysehacen.blogspot.com
El verdadero problema no es que el peruano no lea, y menos, esa creencia estúpida de que el peruano no entiende lo que lee, ¡bah!. Acabo de aclarar que los peruanos sí leemos y mucho. Los verdaderos problemas son dos: uno, es el contenido que leemos a diario, si realemnete nos enriquece; y el segundo, es EL PRECIO DEL LIBRO, inalcanzable, casi siempre, para cubrirlo con nuestro salario. Vayan a esos lugares como Amazonas, Quilca, Grau, Caquetá, en donde los best-sellers pirateados son comprados en grandes cantidades pues sus precios no pasan los ocho soles, y se agotan en pocos días, debido, justamente, a sus valor baratísimo. En cambio, un libro en la FIL LIMA o en librerías tan fichas como CRISOL, IBERO, y demás, no baja de cincuenta soles, esto significa tres días de comida para una familia peruana, póngase a pensar, si alguien con pocos recursos, como la mayoría de peruanos, cuyo sueldo básico es de s/750 va a poder sustentar este pago. En conclusión, promovamos contenidos constructivos, para que nuestra gente lea lo que verdaderamente va a elevar su nivel cultural, e impulsemos libros con precios populares. LIBROS AL ALCANCE DE TODOS.
6.6.13
3.5.13
¿Es acaso la calidad educativa un privilegio de los ricos?
Los informes de la UNESCO y el consorcio PISA revelan que somos los últimos en Comprensión de Lectura y en Razonamiento Matemático. Estos malos resultados no son sólo para los colegios públicos, sino, incluyen también, a los colegios privados, pero lo que no se dice es que estos colegios privados pertenecen a la clase media, en todas sus clasificaciones: clase media baja, clase media y clase media alta. La diferencia entre ellos, es decir, entre los colegios públicos y privados apenas es de 0,8 por ciento a favor de los privados. Sin embargo, de lo que nadie habla, hasta hoy claro, es que los colegios exclusivos como el Alpamayo, el San Pablo, el Markham, y otros, son, en conclusión, parte de la mejor educación a la que aspiran nuestos hijos, pero que por sus altos precios y carácter exclusivista, y por ende, discriminatorio, no está al alcance de todos los peruanos. ¿Por qué en estos colegios sí se habla de calidad educativa, y en los de la mayoría de los colegios públicos peruanos a penas es unamera anos es una mera especulación arribista?
Los informes de la UNESCO y el consorcio PISA revelan que somos los últimos en Comprensión de Lectura y en Razonamiento Matemático. Estos malos resultados no son sólo para los colegios públicos, sino, incluyen también, a los colegios privados, pero lo que no se dice es que estos colegios privados pertenecen a la clase media, en todas sus clasificaciones: clase media baja, clase media y clase media alta. La diferencia entre ellos, es decir, entre los colegios públicos y privados apenas es de 0,8 por ciento a favor de los privados. Sin embargo, de lo que nadie habla, hasta hoy claro, es que los colegios exclusivos como el Alpamayo, el San Pablo, el Markham, y otros, son, en conclusión, parte de la mejor educación a la que aspiran nuestos hijos, pero que por sus altos precios y carácter exclusivista, y por ende, discriminatorio, no está al alcance de todos los peruanos. ¿Por qué en estos colegios sí se habla de calidad educativa, y en los de la mayoría de los colegios públicos peruanos a penas es unamera anos es una mera especulación arribista?
UNIVERSIDAD SIN UNIVERSITARIOS?
Desde su fundación, la Universidad Peruana ha cumplido un rol protagónico y decisivo en la historia política y académica del Perú; de igual modo, de sus aulas, la Universidad Pública ha dado a nuestra nación una retahíla de intelectuales y profesionales que han liderado los destinos de esta. Por esta razón, nos preocupa de sobremanera que la actual Ley Universitaria 23733, que, si bien, no es un ejemplo de perfección, y que debe estar sujeta a los cambios que exige la modernidad y la globalización, respeta, eso sí, los derechos que tiene el estudiantado universitario de recibir una educación totalmente gratuita. Sin embargo, y, amparándose, bajo el etiquetado de una universidad adaptada a los nuevos cambios mundiales, el Congreso de la República y el Gobierno de Ollanta Humala dan su respaldo al Proyecto de Ley 01922, el que, actualmente, está siendo sujeta a ciertos retoques, que continúan atentando contra la au...tonomía universitaria. Y NOS REFEREIMOS A UN CLARO INTENTO POR SEPARAR DE LA DECISIÓN POLÍTICA Y PARTICIPATIVA A LOS CENTROS FEDERADOS DE LAS UNIVERSIDADES, y darle toda la potestad del manejo de la universidad al rectorado.
Así, también, el Anteproyecto de Ley 01922, antes Anteproyecto de Ley 29914, el cual, en su artículo 7 estipulaba muestras de privatizar la educación pública, fue, prácticamente, obligado a ser derogado, debido a las contantes movilizaciones que el estudiantado peruano realizó hace un año. Hoy, el gobierno y con apoyo del Congreso de la República vuelven al punto, pero esta vez, con otro Anteproyecto de Ley, el 01922, el cuál, no es más que una burda imitación de lo que hace un año se quiso hacer.
Desde nuestro programa BUSCANDO NEUVOS LÍDERES PERUANOS, rechazamos todo intento que esté en contra de los derechos de todos nuestros estudiantes. La Universalización de la Educación Universitaria, que no es más que la obligación que tienen el Estado Peruano de garantizar la educación gratuita y de calidad para todos los jóvenes peruanos.
28.3.13
MEA CULPA
MEA CULPA
Bien, debo confesar que hace años, yo era de aquellos padres que ante cualquier llamado de atención hacia nuestros hijos no quería mostrarse drástico, es decir, aflojaba un poco la cuerda; para que esta reflexión sea mejor entendida voy a poner el siguiente ejemplo:
Hace quince años estuvo de moda, entre los niños y jóvenes de aquella época, ver la serie animada South Park, donde era notorio su carácter violento, tanto verbal como físico; razón por la cual, algunos amigos, muy poquitos en realidad, me decían: "no dejes que tus hijos vean ese programa, los va a volver violentos" Yo respondía, como la mayoría de padres latinoamericanos: "Vamos, no es para tanto" (aflojaba la cuerda); y, aunque, efectivamente, veía que mis hijos, como los hijos de los demás que veían estos dibujos, mostraban agresividad en sus conductas, nunca se los atribuí a estos animes, sino a mi incapacidad como padre y rutinaria vida de empleado encadenado a mi trabajo y exento de la compañía, cuidado y educación de mi familia. Ha pasado mucho tiempo y estoy seguro que la “bendita” psicología comercial de dicha serie hizo un buen trabajo en la mente de aquellos padres, que, como yo, andábamos por la vida deambulando con alto grado de inmadurez. En fin.
En la actualidad, los riálitis (lo escribo tal como suena, please) nos dan _ entre ellos "Combate" y “Esto es guerra”_ ya no sólo muestras de violencia física y verbal, sino una retahíla de erotismo, sensualidad, pornografía sutil, perreo chacalonero (pornografía vulgar), hipocresía, bullying, … Hace quince años, así como con South Park, tengo amigos, ya más tíos y con esa firmeza que les da la experiencia, diciéndome otra vez: “No dejes que tus hijos vean esos programas, los vuelve violentos” Me miro al espejo con más años encima, de reojo veo a mis hijos más grandes, que no se toleran entre ellos, observo las noticias, adolescentes delincuentes, jóvenes que no superan los veintiocho años siendo apresados por extorsión, asesinato y secuestro, oteo, a través de mi balcón, a chiquillos en cada esquina rascándose la panza con una chela en la mano, y, digo que esta vez ya no voy a aflojar la cuerda. Llamo a mis dos últimos hijos de seis y siete años y les digo: “¡Niños, apaguen el televisor! ¡Vamos a pasear!”
Bien, debo confesar que hace años, yo era de aquellos padres que ante cualquier llamado de atención hacia nuestros hijos no quería mostrarse drástico, es decir, aflojaba un poco la cuerda; para que esta reflexión sea mejor entendida voy a poner el siguiente ejemplo:
Hace quince años estuvo de moda, entre los niños y jóvenes de aquella época, ver la serie animada South Park, donde era notorio su carácter violento, tanto verbal como físico; razón por la cual, algunos amigos, muy poquitos en realidad, me decían: "no dejes que tus hijos vean ese programa, los va a volver violentos" Yo respondía, como la mayoría de padres latinoamericanos: "Vamos, no es para tanto" (aflojaba la cuerda); y, aunque, efectivamente, veía que mis hijos, como los hijos de los demás que veían estos dibujos, mostraban agresividad en sus conductas, nunca se los atribuí a estos animes, sino a mi incapacidad como padre y rutinaria vida de empleado encadenado a mi trabajo y exento de la compañía, cuidado y educación de mi familia. Ha pasado mucho tiempo y estoy seguro que la “bendita” psicología comercial de dicha serie hizo un buen trabajo en la mente de aquellos padres, que, como yo, andábamos por la vida deambulando con alto grado de inmadurez. En fin.
En la actualidad, los riálitis (lo escribo tal como suena, please) nos dan _ entre ellos "Combate" y “Esto es guerra”_ ya no sólo muestras de violencia física y verbal, sino una retahíla de erotismo, sensualidad, pornografía sutil, perreo chacalonero (pornografía vulgar), hipocresía, bullying, … Hace quince años, así como con South Park, tengo amigos, ya más tíos y con esa firmeza que les da la experiencia, diciéndome otra vez: “No dejes que tus hijos vean esos programas, los vuelve violentos” Me miro al espejo con más años encima, de reojo veo a mis hijos más grandes, que no se toleran entre ellos, observo las noticias, adolescentes delincuentes, jóvenes que no superan los veintiocho años siendo apresados por extorsión, asesinato y secuestro, oteo, a través de mi balcón, a chiquillos en cada esquina rascándose la panza con una chela en la mano, y, digo que esta vez ya no voy a aflojar la cuerda. Llamo a mis dos últimos hijos de seis y siete años y les digo: “¡Niños, apaguen el televisor! ¡Vamos a pasear!”
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